Y estas pueden darse varias circunstancias: la evolución de la propia parroquia que puede necesitar otro sacerdote; problemas entre clérigo y comunidad, que no se entienden por la razón que sea; cansancio o “acomodamiento” del párroco que hace pensar que le vendría bien un cambio de aires; y una necesidad diocesana concreta que hay que cubrir.
No es fácil entender un cambio de párroco, cuando, además hay un buen entendimiento con la parroquia. Es lo normal, y viene bien a todos, renovarse. Un cura toda una vida en el mismo sitio también llega a cansar.
El verano es momento de cambio de sacerdotes. Quizá en la parroquia cerrense, sea momento de encontrar un nuevo párroco o vicario parroquial.
El nuevo presbístero Onofre Larios Avila, se le encomendó a seguir la tarea de evangelizar la bella y progresiva localidad del Cerro de Ortega, motivo por el cual tentativamente se realizara una celebración litúrgica, la cual se transmitirá vía facebook este domingo 9 de agosto a las 12:00 horas.
Finalmente confía la comunidad católica en que no se les deje vestida y alborotada como la vez pasada quienes estaban atentos a seguir la transmisión, y los dejaron plantados.
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